Cuando se habla de un clásico,
por definición es algo digno de imitación y es comprensible el hecho que se
refiera a algo que tiene que ser o estar porque nada lo ha superado y en cuanto
a aquello que se relaciona con el vestir o adornar y marca o señala una época
es casi obligatorio describirlo como algo de moda o que está a la moda.
Es así que resulta justo estimar
con ambas ideas a las alpargatas, que según registros de más de cuatro mil años
es un artículo que acompaña la estética de hombres y mujeres y al parecer
continuará haciéndolo debido a su comodidad, practicidad y posibilidades de
adaptar su diseño con las lógicas y gustos en cualquier época y contexto. La
tendencia siempre permite su protagonismo e inhibe cualquier contradicción
porque su aceptación tiene la garantía de un público que sin mayores
elocuencias las valoran y esperan para poder calzárselas, lucirlas y
disfrutarlas a cada paso.
El camino de la alpargata tiene
su comienzo en la sandalia egipcia, liviana y la cual era confeccionada su
suela con una cuerda hecha de yute, cáñamo o esparto trenzado y del cual se
cree que se fue dando el nombre de alpargata. Esta cuerda es realizada de la
unión de las fibras naturales y ya los romanos se habían inspirado en este
calzado egipcio y elaboraron una pantufla cubierta para proteger el pie de las
inclemencias del sol. También existen registros del siglo trece que describen
como fueron llevadas por soldados a pie del Rey de Aragón.
De esta manera la alpargata fue
caminando y avanzando junto al tiempo y al hombre y básicamente propone un
modelo que se ajusta con cintas y otro que no pero en la actualidad existen una
gran variedad debido a ideas y realizaciones de los diferentes diseñadores que
piensan y renuevan en cada temporada cálida.
En la década del sesenta del
siglo veinte ingresó en el mundo de la moda de la mano de Yves Saint Laurent
cuando se le ocurrió y presentó este calzado con una innovación que le dio
nueva vida y mucha altura. Tacón alto.
La firma de zapatos española
Castañer fabrica alpargatas desde el siglo dieciocho y en los años sesenta del
siglo veinte estaba a punto de quebrar pues el mercado había dejado rezagada a
la alpargata en la opción de moda urbana, fue entonces que Yves Saint Laurent
se pregunto si era posible confeccionar este calzado con un tacón y en un
encuentro con Isabel Castañer solicitó hacer la prueba y esto generó un nuevo
tipo de calzado, un rápido entusiasmo en el público consumidor y un gran
negocio que salvó la compañía.
Desde aquella época tanto la
firma Yves saint Laurent como Louis Vuitton y Donna Karan entre otras comisionaron
a Castañer para que fabrique sus alpargatas.
Llegan los días cálidos, la
temporada estival alienta a la comodidad para los pies y así vuelven a ser una
idea, una opción y la alternativa para andar cómodamente. En la actualidad es
posible elegir entre un sinfín de diseños, calidades y precios, la posibilidad
de que no abrace todo el pie y hasta distintas alturas de taco. Las hay con
suelas combinadas a las que se les aplica una suela de caucho para aislar la
humedad o directamente con suela plástica, con ojales y cordones, elásticos,
plantillas ergonómicas, en todo caso siempre hay una opción o seguramente
alguien lo estará pensando.
Es un calzado que no se presume
revolucionario no obstante ello, su confección básica se entiende artesanal con
trenzados de fibras y tejidos de hilos -en la actualidad la industrialización
ha proporcionado una confección más simple- y al sentir sus texturas es posible,
en la comodidad, poder sentir o pensar los materiales y conectarse a ideas de
naturaleza.
Quizá porque acompañan en el
campo o en la playa, porque permiten un descansado andar en paseos por parques o
lugares bonitos, porque no entienden de clases o porque tienen mucha clase e
historia. De algo no existe duda, son un clásico y siempre estarán de moda.